Época : Contemporánea
Movimiento literario : Indigenista
Género literario : Narrativo (novela, cuento)
En 1931, ya con 20 años de edad, se estableció
permanentemente en Lima e ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos. Allí, contra lo que esperaba, fue recibido con
cordialidad y respeto por sus condiscípulos, entre los que se contaban los
futuros filósofos Luis Felipe Alarco y Carlos Cueto Fernandini, y los poetas
Emilio Adolfo Westphalen y Luis Fabio Xammar. A raíz del fallecimiento de su
padre, ocurrido el año siguiente, se vio forzado a ganarse la vida entrando a
trabajar como auxiliar en la Administración de Correos. Era apenas un puesto de
portapliegos, pero los 180 soles mensuales de sueldo aliviaron sus necesidades
económicas a lo largo de cinco años.
Entre 1932 y 1937 trabajó como auxiliar de la Administración
Central de Correos de Lima, pero perdió el puesto al ser apresado por
participar en una manifestación estudiantil universitaria. Estando en prisión,
se dio tiempo para traducir muchas canciones quechuas que aparecieron en su
segundo libro publicado: Canto kechwa. En 1933 publicó su primer cuento, «Warma
kuyay», publicado en la revista Signo. En 1935 publicó Agua, su primer libro de
cuentos, que obtuvo el segundo premio de la Revista Americana de Buenos Aires y
que inauguró una nueva época en la historia del indigenismo literario.8En 1936
fundó con Augusto Tamayo Vargas, Alberto Tauro del Pino y otros, la revista
Palabra, en cuyas páginas se ve reflejada la ideología propugnada por José
Carlos Mariátegui.
Después de permanecer alrededor de un año en la prisión El
Sexto fue nombrado profesor de Castellano y Geografía en Sicuani, en el
departamento de Cuzco, cargo en el que descubrió su vocación de etnólogo. En
octubre de 1941 fue agregado al Ministerio de Educación para colaborar en la
reforma de los planes de estudios secundarios. Tras representar al profesorado
peruano en el Congreso Indigenista Interamericano de Patzcuaro (1942), reasumió
su labor de profesor de castellano en los colegios nacionales Alfonso Ugarte,
Nuestra Señora de Guadalupe y Mariano Melgar de Lima, hasta que en 1949 fue
cesado por considerársele comunista. La depresión que sufría Arguedas, se
agudizó en 1966, llevándolo a un primer intento de suicidio el 11 de abril de
ese año, por sobredosis de barbitúricos. A partir del intento de suicidio, su
vida ya no volvió a ser la misma. Se aisló de sus amigos y renunció a todos los
cargos públicos que ejercía en el Ministerio de Educación, con el propósito de
dedicarse solamente a sus cátedras en la Universidad Agraria y en la de San
Marcos. Para tratar su mal se puso en contacto con la psiquiatra chilena Lola
Hoffmann, quien le recomendó, a manera de tratamiento, que continuara
escribiendo. De este modo publicó otro libro de cuentos: Amor mundo (en
ediciones simultáneas en Montevideo y en Lima, en 1967), y trabajó en la que
sería su obra póstuma: El zorro de arriba y el zorro de abajo. (Es una novela
trunca, es decir, no culminada, y que se halla intercalada por unos diarios
personales e intimistas donde el autor refiere los tormentos que le agobiaban
mientras iba escribiendo la novela, para finalmente anunciar su inminente
suicidio) En 1967 dejó su magisterio en la Universidad de San Marcos, y, casi
multáneamente, fue elegido jefe del departamento de Sociología de la
Universidad Nacional Agraria La Molina, a la cual se consagró a tiempo
completo.
Continuó su afiebrado ritmo de viajes. En febrero estuvo en Puno, presidiendo un concurso folclórico con motivo de la fiesta de la Candelaria. En marzo pasó 15 días en México, con motivo del Segundo Congreso Latinoamericano de Escritores, en Guadalajara, y ocho días en Chile, en otro certamen literario. En 1968 le fue otorgado el premio «Inca Garcilaso de la Vega», por haber sido considerada su obra como una contribución al arte y a las letras del Perú. En esa ocasión pronunció su famoso discurso: No soy un aculturado. Del 14 de enero al 22 de febrero de ese año estuvo en Cuba, con Sybila, como jurado del Premio Casa de las Américas. Ese mismo año y el siguiente tuvo su amarga polémica con el escritor argentino Julio Cortázar, y viajó varias veces a Chimbote, a fin de documentar su última novela.Ese mismo día (28 de noviembre de 1969) se encerró en uno de los baños de la universidad y se disparó un tiro en la cabeza. Pasó cinco días de agonía y falleció el 2 de diciembre de 1969.