Molly en el cielo


MOLLY EN EL CIELO

Molly era una niña de 10 años, ella era muy feliz hasta que sus padres se separaron, porque tuvieron una discusión muy fuerte, que ella no pudo aguantar y se desmayó. Sus padres dejaron de discutir y llevaron a Molly de emergencia y los doctores le dijeron que estaba en “coma” y sus padres no lo podían creer, y su madre no soportaba tanto dolor, le  carcomía la culpa y  le rompía el corazón.
Después Molly despertó en un lugar donde estaba todo en blanco, y de pronto escuchó una voz media susurrante, pero esa voz era Dios y le dijo:
—Molly, ¿qué haces aquí?
—No sé, creo que me perdí —dijo Molly.
—Tú deberías estar en tierra —dijo Dios.
 —Pero, ¿qué lugar es este? —dijo Molly.
—Es donde están las almas perdidas y están buscando un cuerpo donde meterse —dijo Dios.
—Pero yo no estoy muerta. Mis padres están sufriendo por mí —dijo Molly.
Y de pronto la voz desapareció y no la volvió a escuchar.
Cuando más caminaba, sentía paz y tranquilidad; porqué veía  pastos, árboles, riachuelos y aves.
De pronto aparece una niña llamada Yui y le dijo:
—Hola.
—Hola —dijo Molly.
—¿Qué estás haciendo aquí? —dijo Yui.
—No sé, no sé dónde estoy —dijo Molly.
—¿Por qué estás aquí? —dijoYui.
—Estuve en coma, y desperté aquí ¿y tú? —dijo Molly.
—A yo también.
Entonces Molly y Yui seguían avanzando juntas hasta poder encontrar la salida, pero mientras, Molly cada vez que avanzaba veía fragmento de lo que estaban haciendo sus padres. Había uno donde su padre estaba consumiendo bastante alcohol y a la vez estaba llorando y repitiendo varias veces el nombre de su hija. Molly se sintió triste y a la vez sorprendida; porque, ella no podía creer que su padre llegaría a ese límite de consumir harto alcohol; luego, a su madre también la vio en uno de los fragmentos,  la vio consumiendo pastillas y llorando; también repitiendo el nombre de su hija.
Luego su amiga Yui se sentía muy triste por ella y le dijo:
— ¿Por qué estas triste?
—Porque mis padres están destruyendo sus vidas —dijo Molly.
—No te sientas mal, Yo también estoy como tú —dijo yui.
—Pero yo quiero regresar a mi cuerpo.
—Yo también quiero eso, pero sigo atrapada en este mundo —dijo Yui.
Días después Molly y Yui seguían caminando sin ningún rumbo en el campo donde ellas estaban, pero después apareció otra niña, ella se llamaba Sofía, ella era un poco menor que las dos, tiene 5 años. Ella estaba aquí porque sus padres de ella habían tenido un accidente y lamentablemente murieron. Sofía se quedó sola así que sus familiares de la mamá la cuidaron, pero el tiempo fue corto; porque sus tíos de Sofía tenían muchos problemas económicos, y tuvieron que decidir dejarla en un orfanato; sin embargo, ellos no sabían que Sofía estaba escuchando todo lo que estaban tramando así que Sofía a su corta edad se fue de la casa, su mente estaba en blanco, tampoco sabía a donde iba, ni donde estaba, ni que estaba haciendo cuando estaba cruzando la pista no se percató que venía un carro a toda velocidad y la atropellaron, entonces en ese momento el chofer del auto que la arrolló  la cargo y la llevó al hospital más cercano que había en su entorno. Sofía con una voz bien susurrante decía: “mamá, mamá, no me dejes”;  llegaron al hospital y la llevaron de inmediatamente a cirugía, porque sus heridas no se podían curar tan fáciles y terminó en “coma”, como sus demás amigas.
Después, Molly cuando más iba avanzando se sentía bien, sin preocupaciones ni tenciones, solamente era feliz y pensaba en su futuro, ella  quería ser doctora, decía para salvar vidas y sacar a su pueblo de la pobreza; siempre ha querido lo mejor para su familia a Molly le gusta este lugar, pero sus amigas no pensaban lo mismo, ellas querían libertad y salir de este mundo y poder sentir el calor de sus padres.
Bueno, como Molly quería quedarse,  se separó de sus amigas y ellas se fueron aparte
Ya sus amigas cuando más caminaban se sentían medias mareadas, hasta que desmayaron y cuando despertaron estaban en una camilla y pudieron estar con sus padres y estar felices y comenzar una nueva vida.
En cambio, Molly se sentía mejor que nunca y más fortalecida de manera que cuando más iba avanzando vio como una persona se acercaba a ella  y logro ver que era un chico; él también había quedado en “coma”, el chico se llamaba Carlós y le dijo: 
—Hola, me llamo Carlós,  y tú ¿cómo te llamas?
—Yo me llamo Molly. 
—Es un gusto conocerte. 
—Oye no te has preguntado, ¿Qué haces aquí? —dijo Molly.
—La verdad que sí, pero no lo logro comprender, sólo recuerdo haberme desmayado y cuando desperté, estaba en un lugar medio oscuro y con mucha niebla.
—Yo también estuve ahí, pero ahora estamos en un  mejor lugar  y libres, con flores y un campo enorme para divertirnos.
Entonces,  los dos siguieron adelante y tuvieron el tiempo de conocerse más y saber uno del otro y llegaron hacer muy buenos amigos; poco a poco fueron creciendo y se volvieron jóvenes.
Hasta que ellos encontraron una luz con un arcoíris y muchas flores y descubrieron que era el camino correcto: la entrada al cielo. Ellos no lo sabían hasta ese momento, pero lo descubrieron cuando sintieron una conexión muy fuerte que se olvidaron de las tristezas, el dolor, la angustia, la preocupación y la desesperación.
Ellos olvidaron todas las emociones que los habían sentir mal, por eso descubrieron que era la entrada al cielo.
Cuando entraron al cielo, Molly escuchó la voz susurrante y la reconoció de inmediatamente que era Dios y le dijo:
—Bienvenidos al paraíso.
—No lo puedo creer, que lleguemos hasta este lugar —dijo Molly.
Entonces Carlos y Molly estuvieron muy felices, pero había algo en Carlos, sentía otras emociones hacia Molly, más allá de toda la amistad que tenían, sentía que la amaba, quería tener una relación con ella, sentía que al fin había encontrado el amor  y que iba hacer todo lo posible para conquistarla.
Y así fue como empezó el amor entre ellos en el cielo.
Un día cuando ellos fueron a la playa, Carlos le dijo a Molly: Después de todo este tiempo que hemos estado en un lugar tan hermoso y glorioso, quiero decirte que seas mi novia.
—Me has dejado sin palabras, Carlos, no sé qué decirte.
Yo también desde hace tiempo sentía algo por ti y creo que es el mejor momento para decirte que sí, sí quiero ser tu novia —dijo Molly.
—TE AMO Molly, me has hecho el hombre más feliz del mundo —dijo Carlos.
En el transcurso de los años tuvieron la oportunidad de saber más de lo que es amar a una persona. El amor eterno, el amor corto, el amor incomparable, el amor que no se olvida, de saber cómo es una familia.
En ese tiempo Carlos se sentía más seguro de sus sentimientos, del amor que sentía hacia Molly y ella también.
Así que Carlós decidió tomar el siguiente paso y decidió pedirle matrimonio Molly.
Él estuvo practicando como le iba a decir a Molly para que se casaran. Estuvo meses preparándose hasta que por fin decidió decirle.
Molly se encontraba en el parque muy feliz  como siempre estaba con unos niños jugando y sonriendo. A veces pensaba que quería tener una familia con Carlos.
Entonces mientras Molly estaba con los niños, Carlos se dirigía con mucha emoción y nervios hacia el parque;  cuando llegó la  agarró de la cintura y la abrazó, después el volteó y la miró a los ojos y sus ojos estaba tan emocionado que no podía resistirse y le dijo:  
—Hola, Molly, sé que en el transcurso de los años hemos podido conocernos mejor y de descubrir el sentimiento que nos ha unido. Hemos pasado los mejores momentos de nuestras vidas y  será difícil de olvidar, porque cuando uno ama a una persona y piensa que ha encontrado a  la mujer de sus sueños y  quiere compartir con ella es lo máximo. Lo que yo sentí por ti, al principio solo fue un cariño, pero cuando pasábamos más tiempo junto me empezaste a gustar, después te empecé a amar y así fue creciendo nuestro amor, el amor que siempre soñamos, el amor eterno, el amor honesto.
—Ese amor nunca lo olvidaré, porque tú siempre estarás en mi corazón y nada, ni nadie podrá sacarme ese amor; porque tú eres la única persona que amaré para toda mi vida y  ahora estoy aquí con chocolates y rosas en las manos  y en la otra un anillo para pedirte que seas mi esposa —dijo Carlos.
—Estoy tan emocionada con todo lo que me has dicho; el amor que me tienes, ese amor que nadie me lo va a quitar de mi corazón, porque nadie impedirá   que nos casemos, porque este amor va durar para todas nuestras vidas.
—Y con lágrimas en los ojos te digo que sí, sí quiero ser tu esposa y te prometo que no habrá ninguna persona que te saque de mi cabeza —dijo Molly.
Ellos se casaron, fue el momento más feliz de sus vidas e inolvidable, porque ese momento quedará grabado en sus memorias y en sus corazones y al pasar el tiempo.

Seudónimo: Xiomi