LA PEQUEÑA GUERRERA MISTIANA
(Luciana Mishell Medina Centeno)
[I.E.P. de los "Sagrados Corazones" - 2016]
Hace mucho tiempo al Sur de Perú, en una ciudad mística muy bella, vivía una pequeña niña muy dulce de 11 años, llamada Lulumish. Ella quería mucho la ciudad donde vivía, conocida como “Arequipa”, le gustaba pasear por su campiña y ver su hermoso paisaje, en especial disfrutaba de respirar el aroma del campo y de los árboles.
En ese tiempo no se había visto una niña tan orgullosa de su ciudad como ella, se sentía así por muchas razones: por la presencia imponente de sus tres volcanes, por sus costumbres, tradiciones y su exquisita comida; tanta pasión tal vez sería porque ella sin saberlo descendía de una raza antigua de princesas guerreras Mistianas, denominadas así en honor a su gran volcán Misti, del cual recibían el poder de su carácter; estas princesas siempre habían permanecido ocultas y desconocidas hasta que llegaba el momento de pelear contra enemigos, monstruos o demonios que intentaban destruir la ciudad.
Uno de esos tantos días en que la pequeña niña paseaba por el campo sintió una voz algo lejana pero muy suave y especial dentro de su corazón que la llamaba diciéndole:
—¡Lulumish! ¡Lulumish! ¡Ven Lulumish!
Ella decidió seguir esa voz y así poco a poco se alejó de la zona poblada, caminó y caminó toda la noche y parte de la mañana siguiente, estaba muy cansada, tanto que al amanecer, apenas se recostó un momento sus ojos se cerraron y quedó profundamente dormida.
Sin darse cuenta había caminado hacia un lugar sagrado, un Santuario Místico oculto en una zona desértica, muy calurosa y rodeada de cerros pedregosos. Al despertar, ella no sabía si seguía en el sueño o no, pues estaba viendo algo muy especial, no sabía si era una aparición o una presencia real, veía a una “señora” muy bonita y majestuosa parada sobre unas rocas, lo extraño era, que esta dulce “señora” tenía una vestimenta muy peculiar, como de otra época y cultura, parecía una guerrera de la mitología griega, tenía armas de lucha no tradicionales, por eso Lulumish tenía un poco de miedo, no se le acercaba, pues pensó que ella le podría hacer daño... entonces como si esta presencia leyera su pensamiento le dijo:
—¡No temas Lulumish! ¡Soy la Gran Guerrera de Chaypi, la guardiana de esta ciudad de Arequipa y te voy a encomendar una misión!
Entonces desapareció el temor en el corazón de Lulumish, se le acercó y escuchó atentamente todo lo que ella le decía. La “Señora de Chaypi” vio en el corazón de la pequeña niña el amor y respeto que sentía por su ciudad, su deseo de justicia y paz, entonces, le reveló el honor de sus antepasados “Las Guerreras Mistianas” y su verdadera condición de princesa, heredera de una misión a seguir. ¡Oh! que difícil misión para una niña de solo once años, pero ella decidió aceptar y cumplir con el encargo. La majestuosa presencia le había dado la tarea de ser una “Guerrera Mistiana“, ahora debía aprender, entrenar y prepararse para luchar contra todo aquello que quisiera destruir la bella ciudad, para ello la “Señora” le regaló un arma diferente, un poderoso collar que protegería a la pequeña niña como un escudo indestructible, aunque su forma parecía muy simple, el poder que salía de este collar era verdaderamente grande, estaba compuesto en total de cincuenta y nueve esferas pequeñas, unidas entre sí a manera de cuentas, las esferas estaban unidas en cinco segmentos separados cada diez por otra de mayor tamaño y ambos extremos del collar se unían en una diminuta medalla de la cual colgaban cinco esferas más para finalmente sujetar una pequeña cruz, este collar “Rosarium” como la señora lo llamaba, era el arma suficiente para que Lulumish pudiera proteger a su bella Arequipa, pues era capaz de destruir a todo enemigo de cualquier naturaleza.
La pequeña princesa aún sin salir del asombro se arrodilló y agradeció, luego de darle esta gran misión la “Señora de Chaypi” le encomendó también, encontrar más guerreras Mistianas que quisieran luchar junto a ella y luego simplemente desapareció, no sin antes decirle que cada vez que la niña la necesitara, ella vendría en su ayuda como la Guerrera Mayor. Lulumish tan solo debía llamarla con una sencilla oración, pero hecha con toda la fuerza de su corazón.
Y así fue como la niña se convirtió en la pequeña Guerrera Mistiana de la bella ciudad blanca de Arequipa. Ella emprendió su retorno hacia la ciudad y poco a poco aprendió a luchar sin temor alguno contra todos los enemigos que intentaban hacerla fracasar en su misión y lo más importante, es que aprendió a pelear y ganar batallas sin crear más violencia en la ciudad.
Se sabe que cuando una niña quiere, respeta y hasta lucha por la bella ciudad de Arequipa, puede que la princesa Lulumish la seleccione como parte de este ejercito de “Guerreras Mistianas” y en la noche mientras la niña duerma, le dejará una señal especial y ¿Sabes cuál es esa señal?… Es una bandera de la ciudad que en una esquina tiene bordada la imagen del poderoso collar.
Seudónimo: Risueña