Julio Ramón Ribeyro

(1929-1994)
Época: Contemporánea
Movimiento literario: Urbanismo  (Generación: Del 50)
Género literario: Narrativo (Cuento) teatro. 

Nació en Lima en 1929. Estudió derecho y letras en la universidad Católica.
Uno de los narradores peruanos más notables del siglo XX; su obra cuentística, sobre todo, es de las más fecundas y significativas. Buena parte de ella, sin embargo, fue escrita y publicada discretamente, sin recibir la atención y el reconocimiento que merecía. Eso quizá se deba a su indiferencia ante las modas literarias que dominaron en su tiempo y a su fidelidad a modelos del realismo (Stendhal, Maupassant, Chejov) para describir los ambientes urbanos más miserables de su país y los tragicómicos dilemas de la clase media.

Justo el año de su muerte, cuando se encontraba en Lima, Ribeyro ganó el premio literario más importante de su vida: el Juan Rulfo, otorgado en México.
Aunque la realidad peruana y especialmente la de Lima, donde nació, es el mundo al que su obra narrativa está íntimamente ligada, la mayor parte de su producción es europea, a donde llegó en 1952 antes de publicar su primer libro de cuentos, Los gallinazos sin plumas (1955). Se estableció en París y allí permaneció hasta los últimos años de su vida. Aunque su obra narrativa es la expresión más destacada del realismo urbano que surgió en el Perú durante los años cincuenta, no hay que olvidar que Ribeyro cultivó también el cuento fantástico y que algunas de sus historias ocurren en ambientes rurales de provincia, como su novela Crónica de San Gabriel (1960) o su notable relato —quizá su obra maestra— Silvio en el Rosedal (1976). El grueso de su extensa obra cuentística puede leerse en los tres volúmenes de la recopilación titulada La palabra del mudo (1973-1977) o en los Cuentos completos (1994) prologados por Alfredo Bryce Echenique. Ribeyro escribió otras novelas, piezas teatrales, crítica literaria, textos aforísticos (Prosas apátridas, 1975-1978) y un diario titulado La tentación del fracaso (1992).

Un hombre enigmático. Riveyro era un hombre oculto, casi un misterio, de extrema nitidez y de poco afán de figuración, pero de vigorosa capacidad comunicativa a través de sus obras. Tal fue la inmerecida modestia que practicó este escritor que no le reclamó nada a la fama.
Había sido  agregado cultural del Perú ante la UNESCO, pero su vida transcurrió realmente entre la ansiada penumbra y el silencio, lejos de las pasarelas de la gloria, pero avencidado en el talento y la introspección.