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LA LUCHA DE CÁNCER DE ANNY
En una tarde de otoño, Anny, una joven humilde de 17 años, caminaba triste y desconsolada, ella y su familia eran muy creyentes a Dios, pero cierto día se sentía mal; pero a sus 17 años no conocía un hospital, excepto el día que nació. Tenía mucho miedo de ir al doctor; pero una mañana sacó una cita, llegó el día esperado, fue muy temprano se sentó en las sillas de espera, ella muy nerviosa esperaba su turno. Así poco a poco se acercaba al momento de espera y de pronto el doctor la llamó:
—¡Anny!
Ella se paró, caminó lentamente, se dirigió a la puerta temblando y miró fijamente al doctor.
—A ver señorita, cuénteme en que le puedo ayudar –le dijo el doctor.
Anny le contestó:
—Hace ya más de un mes que tengo dolores muy fuertes en la cabeza.
El doctor asombrado la miró y vio un bulto en la parte de su cabeza.
Anny le dijo:
—Doctor, ¿esto que tengo aquí es peligroso?
—Señorita no le puedo dar un diagnóstico aun, pero tenemos que hacerle varios chequeos.
Ella con mucho miedo se dirigió a la puerta, empezó a llorar, porque se imagina que es un tumor, pero no quiere que los diagnósticos digan que así es; pero cada prueba resultaba positivo.
Ya no quiere salir de su casa ni comer, ya que ella a los 14 años tuvo que abandonar su natal Ayacucho, tierra que la vio nacer. Ahora vive en Lima, en busca de una mejor vida, triunfar; pero al enterarse que tenía cáncer su vida dio un giro de 360°, cada vez más se le iban las ganas de luchar por sus sueños; pero el motivo por el cual ella tenía que dar lucha a su enfermedad era su madre; que ya van 3 años que no la ve.
Un día se fue al parque, se puso a pensar sobre las cosas que su padre un día le dijo antes de irse al cielo, ella le prometió que desde ese día tenía que recuperarse y seguir sus sueños.
Llegada la noche, fue a su cuarto con ganas de seguir adelante. Amaneció, se levantó con una gran sonrisa y entró a quimioterapia, ella veía como día a día se le caía el cabello pero eso no hacía que sus sueños se trunquen, ella sabía que con la ayuda de Dios lograría grandes cosas. La frase que le motivaba día a día era: ''Todo lo puedo en Cristo; porque él me fortalece".
Anny un día decidió contar lo que ella vive día a día, contar lo que siente, plasmar todo eso en un libro, entonces fue así como empezó a redactar un libro. Contó todo lo que vivía en cada instante, día a día observó que las páginas del libro aumentaban, se sentía más liberada, quería que cada mujer en el mundo que vive la misma situación sepan que no están solas, sino que todos están con cada una de ellas, apoyándolas, motivándolas a seguir.
Fue así como Anny empieza a mejorar, a sentirse mejor y dio a lucha al cáncer y ella dijo:
—Reto cumplido.
Anny nos da un ejemplo a seguir adelante, a no darnos por vencidos, luchar por cada uno de nuestros sueños, puede haber muchos obstáculos, pero cada uno de ellos son pruebas para ver qué tan valientes somos.
Seudónimo: “Dulce Mar”