El hombre de rojo

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Recuerdo cuando estaba todavía ahí, en ese lugar frente a un ser querido convertido en un asesino triste y apresado por la muerte. Cómo decirlo, era un simple títere de un ser desconocido por la humanidad y el universo.

Esto me pasó una tarde cuando yo como de costumbre andaba haciendo los deberes escolares mientras mi padre estaba arreglando sus documentos y mi madre cocinando la cena. Mi mejor amigo vino a visitarme y a dormir en mi casa, terminó sus deberes y se puso a ver su celular donde otro amigo suyo le mandó una foto de su viaje al extranjero. La foto exhibía unos petroglifos en un antiguo idioma, las piedras se encontraban en una construcción que era un antiguo templo de adoración a seres sobrenaturales de un tiempo anterior a Cristo, esta decía raras e indescifrables palabras que mi amigo logró leer.

Al dormir escuché ruidos extraños de la habitación donde estaba él y le escuché decir en voz alta pero incomprensible unas palabras extrañas, después lo escuché gritar de una manera inusual, un grito que no parecía humano. Después yo y mis padres fuimos corriendo a ver lo que le pasaba y encontramos al lado de él una cajita de música roja y pequeña que escondió entre sus ropas. Mis padres le preguntaron si ocurría algo con él y mi amigo respondió que no pero se le veía cansado y mal como si tuviera fiebre.

A la mañana siguiente se veía recuperado pero todavía tenía esa caja de música en las manos, después de desayunar nos fuimos a la escuela y él desapareció, no lo volví a ver el resto de la mañana. El profesor me pidió que vaya a recoger material de deporte al depósito, cuando llegué vi a unos estudiantes que querían robarle dinero a otro estudiante desconocido que se vestía de un manto blanco y se tapaba la cara con él. De repente sacó algo que no se podía ver bien qué era, ni la forma o color pero se escuchó una débil música, pasó un momento muy breve y  a los estudiantes que querían robarle les explotó literalmente partes del cuerpo. El manto blanco del estudiante se tornó rojo por la sangre de los cuerpos de los que le querían robar que quedaron como machacados y destruidos, yo corrí inmediatamente a avisar lo que pasó.

Después de unas horas vinieron a limpiar el lugar y encontraron las paredes y el techo cubiertos de sangre y los dos cuerpos muertos. Al regresar a mi casa me preguntaba por qué alguien, esa rara persona, mataba de esa forma; por qué lo hacía y quién era. A la mañana siguiente no asistí al colegio, lo cerraron por una investigación policial y descubrí que era por la matanza del día anterior. Entonces decidí visitar a mi mejor amigo pero cuando fui a su casa sus padres no estaban y creí que estaba completamente vacía pero me di cuenta que no, encontré a mi amigo en medio del patio, tenía una herida en el ojo, intenté hablar con él pero no me respondió, pensé que estaba enojado y decidí dejarlo. Esa noche yo y mis padres fuimos a cenar a un restaurante lujoso y yo me preguntaba quién era ese extraño ser y qué le pasaba a mi amigo, entonces me fui a la terraza del lugar a pensar y frente a mi apareció una figura horrenda vestida de rojo.

Le pregunté quién era y este se quitó la capucha y miré horrorizado, ¡era mi mejor amigo! Entonces corrió hacia un cuchillo de cocina que había tirado en una mesa y de pronto entró la policía a arrestarle pero él se resistió y los policías dispararon a discreción. Perforaron el cuerpo pero no le hicieron daño, él sonrió y corrió hasta un edificio con el cuchillo en la mano, fue hasta el techo del edificio donde se cortó la cara como si fuera una máscara y se dejó caer sobre unos fierros y de sus manos cayó la cajita de música con la que despedazaba gente. De pronto me tropecé y me fracturé una pierna, me golpeé la cabeza con una piedra y quedé noqueado, luego no recuerdo qué pasó. Cuando desperté creí que todo fue una pesadilla pero miré al rededor y estaba en un hospital rodeado de médicos y de mis padres con una pierna enyesada. Cuando mis padres y los médicos se fueron, miré en mi bolsillo y tenía la caja de la muerte conmigo, entonces entendí que todo era real, nada era un sueño. Entendí que mi vida terminó y mi misión empezó, ahora yo debía llevar las almas conmigo.

Seudónimo: Slappy